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La población autóctona de Eriador y Gondor
y sus relaciones con los Númenóreanos y sus aliados

por Lalaith
Versión original, en inglés: The Indigenous Population of Eriador and Gondor
Traducción: José Tarragó (Valnaur) - Octubre 2004

Introducción

La historia documentada de la Tierra Media se centra en los Elfos y aquellos hombres que se unieron a ellos. Poco se sabe acerca de los otros, aquellos habitantes de Eriador, Rhovanion y Gondor que no fueron contados, aunque de un modo poco consistente, entre los Amigos de los Elfos. En Gondor, con el tiempo, llegaron a ser conocidos como los "Hombres Medios", distinguiéndose así de los "Hombres de la Oscuridad" según su actitud política hacia Elfos y Númenóreanos. Sin embargo, la mayoría de estos, al igual que los Enanos, los ignoraron; los Hobbits no tienen documentos que se hayan transmitido y la política oficial de los Dúnedain y Rohirrim los etiquetaba indiferentemente como "los salvajes" y con frecuencia "el enemigo", a pesar de que sus propios ancestros remotos, las Tres Casas de los Edain, estaban relacionados con ellos. Por tanto, las historias acerca de sus destinos nunca fueron recopiladas, sino que se encuentran esparcidas en meros vislumbres procedentes de numerosas fuentes. Sin embargo, merece la pena el trabajo de extraer su multifacética historia del material disponible.

Nota sobre la Nomenclatura:

La terminología etnográfica es con frecuencia confusa. De acuerdo con S, la expresión quenya Atani se refería originalmente a todos los hombres, pero el equivalente sindarin Edain sólo a las Tres Casas que entraron primero en Beleriand. A estas tribus se hace frecuentemente referencia como Bëorianos, Hadorianos (aunque su primer caudillo fue conocido como Marach), y Haladin, más tarde también Halethianos o Halethrim; pero aunque los héroes de los que proceden estos nombres vivieron en Beleriand, estos epítetos se aplican también indiscriminadamente a sus ancestros, anteriores a su llegada al Oeste. Por otra parte, LP llama Atani al temprano lenguaje emparentado con el Adûnaico, aunque sólo era hablado por los Hadorianos y Bëorianos, mientras que la lengua de los Halethrim no estaba ni remotamente relacionada con él. Y finalmente, PR se refiere a los primeros Bëorianos como "el Pueblo Menor" al distinguirlo de los Hadorianos; podríamos pues concluir que estos serían "el Pueblo Mayor".

Para facilitar el seguimiento de las siguientes exposiciones, estandarizaré la nomenclatura del modo siguiente:

La Primera Edad

De la Primera Edad, apenas ha sobrevivido algún registro de las poblaciones humanas autóctonas. Los Elfos de Beleriand no contemplan nada más allá de las Ered Luin, y los primeros Hombres no poseyeron documentos escritos. Puede deducirse, sin embargo, que emigraron al Noroeste de la Tierra Media a través de, al menos, dos rutas distintas: una en el lejano Norte, y otra en el Sur.

Esta última fue la primera en ser utilizada, y no por los Atani. "Los historiadores de Gondor creían que los primeros hombres en cruzar el Anduin fueron en verdad los Drúedain. Venían (según se creía) de tierras al sur de Mordor, pero antes de llegar a las costas de Haradwaith torcieron al norte hacia Ithilien, y encontrando por fin un punto por donde cruzar el Anduin (probablemente cerca de Cair Andros), se asentaron en los valles de las Montañas Blancas y en las tierras boscosas del borde septentrional. 'Eran un pueblo furtivo que desconfiaba de toda otra especie de Hombres, pues, por mucho que se remontaran en el tiempo, siempre recordaban haber sido objeto de acoso y persecución, y se habían dirigido hacia el oeste en busca de una tierra donde esconderse para vivir en paz'" (D). Así, al principio, "durante la Primera Edad" los Drúedain u "'Hombres Púkel' ocupaban las Montañas Blancas (a ambos lados)" (D).

A continuación llegaron los Atani del Sur, los pre-Haladin a los que hemos de imaginar como las gentes de Bree, "de cabellos castaños, anchos y no muy altos, alegres e independientes" (CA), que se asentarían también en los valles de las Montañas Blancas pero manteniendo buenas relaciones con el Pueblo Drû. Cuando el núcleo de los pre-Haladin fue empujado a errar, "una rama emigrante de los Drúedain acompañó al Pueblo de Haleth a fines de la Primera Edad... pero en su mayoría se quedaron en las Montañas Blancas pese a ser perseguidos por unos Hombres, llegados más tarde, que reincidieron poniéndose al servicio de la Oscuridad" (D). Estos Hombres de la Sombra cazaron a los Drúedain y los llevaron casi a la extinción: "del Este, decían, habían venido los Hombres altos que los habían expulsado de las Montañas Blancas y que tenían maligno el corazón" (D). Los Drúedain perseguidos escaparon sólo en el interior de los bosques de Anórien y en la parte inferior del Cabo de Andrast, en el interior del Drúwaith Iaur, donde podrían haber sobrevivido incluso a la Guerra del Anillo (D).

Los emigrantes, mientras tanto, continuaron hacia el norte, pasando entre las Hithaeglir y las Ered Nimrais a través del Paso de Rohan. Evidentemente, muchos se quedaron atrás durante esa marcha, descubriendo que "Minhiriath y la mitad occidental de Enedwaith, entre el Aguada Gris y el Isen, estaban todavía cubiertas de bosques densos" (EH) y allí se convirtieron en ganaderos, presumiblemente de ovejas y cabras: los caballos habrían resultado de poca utilidad en los bosques. Así, muchos de aquellos que vivieron más tarde en los bosques "de las tierras costeras al sur de las Ered Luin, sobre todo de Minhiriath, eran parientes del Pueblo de Haleth, según admitieron los historiadores posteriores". (EH) Del mismo modo, algunos grupos de Drúedain que se quedaron se convirtieron en "un pueblo de pescadores bastante numeroso, pero bárbaro, [que] vivía entre las desembocaduras del Gwathló y el Angren (Isen)" (GC) o más precisamente, "en las tierras pantanosas de las desembocaduras del Agua Gris y el Isen" (VI), una población que hasta la Segunda Edad fue reducida a "unas pocas tribus de 'Hombres Salvajes', pescadores y cazadores de aves, pero emparentados por la raza y la lengua con los Drúedain de los bosques de Anórien" (VI).

El resto de los Halethianos y Drúedain finalmente se desviaron hacia el norte, al interior de Eriador. Pero allí encontraron a otros vagabundos: los Bórrim Orientales. "De ellos [el pueblo de Bór], se dice, procedían los más antiguos de los Hombres que vivieron en el norte de Eriador en la Segunda Edad y [? léase en] los días posteriores" (AG). Estos debían haber llegado desde Rhovanion meridional donde habrían encontrado a las Ents-mujeres, pues "muchos hombres aprendieron las artes [de la agricultura] de las Ents-mujeres, y les rindieron grandes honores" (DT), y los Bórrim pasaron a conocerse como hábiles "cultivadores de la tierra" (AG). Desafortunadamente, no sabemos quiénes fueron los descendientes de ese "más antiguo" pueblo de Eriador: ¿Tal vez fueran los Montañeses de Rhudaur?

Los pre-Haladin de las Montañas Blancas aparentemente fueron expulsados más tarde de la mayor parte de la cordillera por los Hombres de la Sombra, y así "en los Años Oscuros otros se habían trasladado a los valles australes de las Montañas Nubladas; y desde allí algunos fueron a las tierras desiertas adentrándose hacia el norte hasta las Quebradas de los Túmulos. De ellos provenían los Hombres de Bree" (LP). No sabemos cuándo sucedió esto. Normalmente, con los "Años Oscuros" se hace referencia únicamente a la Segunda Edad; pero las gentes de Bree recordaban en su folclore que ya habían "sobrevivido a los conflictos de los Días Antiguos" (CA) en el mismo país de Bree.

Los Atani del Norte habían tomado un sendero totalmente distinto. Se dijo de ellos que "libraban una guerra constante... contra los Hombres que lo habían convertido [a Morgoth] en su Dios y creían que no podían rendirle mayor servicio que destruyendo a los 'renegados' con todo tipo de crueldades" (EH). Se ha deducido que, en algún lugar de Rhûn septentrional, "en los días antiguos los Naugrim moraban en muchas montañas de la Tierra Media, y allí encontraron a los Hombres mortales (dicen) mucho antes de que los conocieran los Eldar" (NE). Así sucedió que su lenguaje más primitivo, el Atani, mostraba distintas influencias del Khuzdul.

Las leyendas de los Atani del Norte por otra parte comienzan en las costas del Mar de Rhûn donde se dividieron en dos pueblos de distinto lenguaje, fenotipo, y cultura. El Pueblo Mayor de los pre-Marachrim "había vivido durante mucho tiempo junto a las costas de un mar demasiado ancho para ver el otro lado; no tenía mareas, pero sufría grandes tormentas... Vivían en el nordeste, en los bosques que crecían junto a la costa". La otra parte, el Pueblo Menor de los pre-Bëorrim, de algún modo había avanzado más: "había llegado al mismo mar antes que ellos y vivían a los pies de las altas colinas del suroeste... Así, pues, se encontraban a una distancia aproximada de doscientas millas, separados por el agua" (PR). Debido a esa distancia, incluso cuando los pre-Marachrim "desarrollaron el arte de la construcción de barcas... rara vez se encontraban e intercambiaban noticias. Sus lenguas ya se habían distanciado... aunque ellos siguieron siendo amigos y parientes reconocidos" (PR). Y no sólo eso: si es posible concluirlo de su aspecto generalmente más oscuro, a veces incluso moreno, los pre-Bëorrim se habían "mezclado con Hombres de otros linajes en el pasado" (EH), y de ahí también que el lenguaje que hablaban entonces pareciera para los pre-Marachrim contener "muchos elementos de carácter ajeno" (EH). Esta rara mezcla de Atani del Norte y Orientales fue quizás el origen de los Hombres de Dorwinion (ver "El misterioso rey Bladorthin").

A causa del escaso flujo de información, los pre-Marachrim sólo supieron más tarde que un día (¿parte de?) "el Pueblo Menor había huido de la amenaza de los Siervos de la Oscuridad y había proseguido el camino hacia el oeste, mientras ellos permanecían ocultos en los bosques" (PR). Los pre-Marachrim siguieron entonces su rastro a través de las Hithaeglir/Montañas Nubladas al Norte, cerca de las terribles Ered Engrin y hasta el momento fuera de la Sombra de Morgoth. Pero muchas sub-tribus de ambos pueblos permanecieron atrás, y cuando la menguante vanguardia, encabezada por Bëor y Marach respectivamente, alcanzaron por fin Beleriand, "en Eriador y Rhovanion (sobre todo en las regiones septentrionales), su raza debía de ocupar ya gran parte de la tierra" (EH). En especial, los Hombres del Norte de Rhovanion "parecen haber estado muy estrechamente emparentados con el tercer pueblo, el más grande, de los Amigos de los Elfos, regido por la Casa de Hador" (CE). Su historia no puede ser tratada aquí. En Eriador los ancestros de los Hombres Medios empezaron a concentrarse en los que más tarde llegaron a convertirse en los centros de población de Arnor: "alrededor del Lago Evendim, en las Quebradas del Norte y las Colinas del Tiempo, y en las tierras intermedias hasta el Brandivino, y aunque a menudo lo cruzaban hacia el oeste, no vivían allí" (AE, EH). Aparte de los Bórrim, allí se encontraban muchos "que en su mayor parte, parecería, estaban emparentados con el Pueblo de Bëor, aunque algunos eran parientes del Pueblo de Hador" (EH, cf. también AE). Los Númenóreanos más tarde creerían incluso posible que "algunos de sus antepasados fueran fugitivos de los Atani" (EH), y recordaban que algunos Hadorianos habían huido, por miedo al Poder Maligno, de su campamento en Beleriand; "y volvieron por sobre las montañas a Eriador, y han quedado olvidados" (S). Parece pues que se habrían reencontrado con "sus parientes rezagados [quienes] se encontraban, bien en Eriador, algunos asentados, algunos todavía errantes, o bien nunca habían cruzado las Montañas Nubladas y se hallaban dispersos" (EH) en Rhovanion oriental. Que había auténticos Edain entre ellos "es posible que fuera cierto de los primeros Hombres de la Tierra Media que se encontraron los Númenóreanos; sin embargo,... otros Hombres del Norte... descendían de los pueblos de quienes los Atani habían sido la vanguardia" (EH).

A finales de la Primera Edad, la situación puede ser por tanto descrita del siguiente modo: la cultura predominante en Rhovanion y al sur de Rhovanion era la de los Hombres del Norte de origen principalmente pre-Marachrim, excepto tal vez en un superviviente enclave pre-Bëorrim en Dorwinion, y algunos Bórrim en Rhovanion meridional. El númenóreano "término de Hombres Medios se aplicaba originalmente a los Hombres de Eriador" (EH) quienes habitaron principalmente en el territorio del posterior Arthedain. Los pre-Haladin, ahora pre-Númenóreanos, se habían extendido desde Umbar a través de las Montañas Blancas a Isengard y las Tierras Brunas, y a través de Enedwaith y Minhiriath llegaron al norte hasta Cardolan, viviendo sus parientes norteños aparentemente a lo largo de la línea que iba desde Sarn Ford hasta la confluencia del Gwathló y el Mitheithel. En los territorios de los Hombres Medios su expansión se detuvo. Los, por otra parte totalmente misteriosos, Forodwaith, ancestros de los Lossoth, se concentraban en las mismas colinas al pie de las Ered Engrin. Una creciente población de Hombres Cetrinos se hallaba también en Eriador, mezclándose en mayor o menor medida con los otros. Finalmente los Drúedain moraban en reducidas zonas de las Montañas Blancas y a lo largo de las costas de Andrast y Minhiriath.

Excepto para el pueblo Drú, estos límites étnicos y geográficos no eran por supuesto absolutos: había mucho tráfico y mezcla de un lado a otro, y en la Guerra de la Cólera y los tiempos posteriores, este crisol se vio enormemente ampliado.

La Segunda Edad

En la Segunda Edad, "los años oscuros para los Hombres de la Tierra Media" (LCA) en los que "la Tierra Media retrocedía y la luz y la sabiduría menguaban" (A), los Hombres autóctonos de Eriador, Gondor y Rhovanion entraron en la historia registrada, en forma de numerosas poblaciones ampliamente extendidas.

Los Hombres Medios habían establecido contacto con Lindon, el reino de Gil-galad, y "eran amistosos con los Elfos, si bien les inspiraban un temor reverencial y era raro que surgieran amistades íntimas entre ellos. Además, temían el Mar y no querían verlo" (EH). Pero también existían esas amistades íntimas, pues los Elfos dirigidos por Galadriel y Celeborn también "por un tiempo habitaron a orillas del lago Nenuial (Evendim, al norte de la Comarca)" (GC), junto a los Hombres Medios.

La influencia cultural de los Elfos se extendió lentamente incluso hasta los pre-Númenóreanos de las Montañas Blancas, y por eso "entre Pelargir [que aún no existía] y el Golfo de Lune... los colonos de esa región se habían negado a secundar la rebelión contra los Valar" (EH). Frecuentemente eran aterrorizados y sometidos por fugitivos dispersos de Angband, que aparentemente se retiraron en gran número a las colinas de Rhudaur y las Montañas de Angmar, pero aún "los Hombres de aquellos sitios permanecen más o menos incorruptos, aunque ignorantes" y "en un simple estado 'homérico' de vida patriarcal y tribal" (Cartas, #131). Se registró así que "el pueblo nativo era bastante numeroso y aguerrido, pero habitaba en los bosques en comunidades aisladas, sin un liderazgo centralizado" (GC). En otras palabras, la situación se asemejaba a la que encontraron los romanos en las Galias y en Germania: una numerosa cantidad de territorios tribales entre los cuales las escaramuzas e incursiones fronterizas eran frecuentes, pero no las guerras a gran escala.

En Gondor, los pre-Númenóreanos habitaron lejos de las costas. "Las costas de la Bahía de Belfalas seguían desoladas en su mayor parte [aunque la historia de Tar-Elmar muestra que no era del todo así (TE)], a excepción de un puerto y un pequeño asentamiento de Elfos en la desembocadura de la confluencia del Morthond y el Ringló" (EH). Los habitantes de este puerto, conocido bajo el nombre de Edhellond, relataron que durante su fundación "había allí ya un puerto primitivo de pescadores, pero éstos, temerosos de los Eldar, huyeron a las montañas [Blancas]" (GC). Esta trágica circunstancia llevó a la aventura pre-Númenóreana en la Bahía de Belfalas a un fin preliminar, y a causa de eso "transcurrió mucho tiempo antes de que los colonos Númenóreanos que vivían en torno a las Bocas del Anduin... contactaran con los Hombres que moraban en los valles a ambos lados de las Montañas Blancas" (EH), no antes de que los Fieles hubiesen fundado Pelargir en 2350 S.E.

Cuando los primeros barcos númenóreanos llegaron en 600 S.E. fue con los Hombres Medios con quienes primero entraron en contacto. Desembarcaron en Lindon y sus tripulaciones se reunieron con Gil-galad, y "la noticia cundió de prisa y los Hombres de Eriador se asombraron". Antes de que pasara mucho tiempo, tuvo lugar un encuentro entre los marineros y doce mensajeros de ascendencia edáinica en las Colinas de la Torre, del cual se da una narración detallada en AE. Y por un período de tiempo "se unieron en amistad" (AE).

Los Númenoréanos empezaron pronto a instruir a sus nuevos amigos, "y sin embargo ninguno se atrevía a resistirse. Porque la mayor parte de los Hombres de esa época se habían vuelto débiles y temerosos. Y estando entre ellos, los Númenóreanos les enseñaron muchas cosas" (A), como la agricultura, el trabajo de la piedra y la herrería; pero también su lengua. Pues cuando en el temprano siglo IX S.E. los Númenóreanos se establecieron en el puerto de Vinyalondë (en el tercer milenio Lond Daer Enedh), descubrieron con desprecio que "las lenguas de los hombres de la Tierra Media", a ellos que estaban acostumbrados a las suaves lenguas élfica y edáinica, les parecía que habían "decaído hasta la brutalidad, y gritaban como aves chillonas o gruñían como bestias salvajes" (HA). Esta opinión era tan estricta como prejuiciosa, puesto que "muchos de los habitantes de los bosques de las tierras costeras al sur de las Ered Luin, sobre todo de Minhiriath, eran parientes del Pueblo de Haleth" (EH) y hablaban lógicamente lenguas de la familia del lenguaje halethiano, que en sus orígenes era edáinico. Pero este juicio despectivo "es posible que... fuera una de las razones que llevaron a los Númenóreanos a no reconocer al Pueblo de los Bosques de Minhiriath como 'parientes', y los confundieran con Hombres de la Sombra; como se ha observado antes, la lengua materna del Pueblo de Haleth no estaba relacionada" (EH) con la Atani. Y esto conllevó trágicas consecuencias.

Como los Fieles documentarían un día en la Akallabêth, "los Hombres de la Tierra Media encontraron consuelo, y aquí y allí, en las costas occidentales, los bosques deshabitados retrocedieron, y los Hombres se sacudieron el yugo de los vástagos de Morgoth y olvidaron el terror a las tinieblas. Y reverenciaron la memoria de los altos Reyes del Mar, y cuando hubieron partido, los llamaron dioses con la esperanza de que regresaran; porque por aquel tiempo los Númenóreanos nunca se demoraban mucho en la Tierra Media, ni edificaban allí habitación propia" (A). Pero mirando más allá de esta lluvia de eufemismo, los "bosques deshabitados retrocediendo en las costas" difícilmente pueden ocultar el daño irrecuperable que la explotación de los Númenóreanos infligiera cuando Tar-Aldarion comenzó a soñar con gobernar una superpotencia naval.

"En los días de Aldarion, los Númenóreanos aún no buscaban nuevas tierras, y sus Aventureros seguían siendo un pueblo pequeño" (AE). Pero "Aldarion tenía gran necesidad de madera, pues deseaba hacer de Númenor una gran potencia naval" (GC), y así hacia 810 fundó Vinyalondë como "un astillero destinado a la construcción de navíos" (GC). De ahí en adelante, "el poder de Númenor se concentraba cada vez más en las grandes flotas, que su tierra no podía abastecer con la madera suficiente sin arruinarse, la tala de árboles y el transporte de madera a los astilleros de Númenor o la costa de la Tierra Media... se hizo incesante" (EH). Aldarion demostró no ver más allá del corto plazo en lo que respecta a la protección medioambiental y las políticas de defensa minoritarias; y esto llevó a una pérdida continua de reputación entre los pre-Númenóreanos. Estos fueron pacientes: durante largo tiempo sufrieron en silencio y "no se mostraron hostiles hasta que la tala de árboles se hizo devastadora" (GC). Pero lentamente, "la hostilidad crecía y hombres oscuros de las montañas invadían Enedwaith" (AE) en apoyo de sus parientes. Aldarion halló el primer signo de resistencia cuando en 820 S.E. encontró Vinyalondë "barrido por el mar y saqueado por hombres hostiles" (AE). Entonces presenció cómo "los Hombres de cerca de las costas estaban tomando miedo a los Númenóreanos, o se habían vuelto abiertamente hostiles; y Aldarion escuchó rumores de cierto señor de la Tierra Media que odiaba a los hombres de los barcos" (AE).

Creyó que ese señor sería simplemente algún caudillo poderoso de entre los nativos. Pero Gil-galad de Lindon estaba en la pista correcta, al percibir que "la Sombra barrió las costas y los hombres de quienes se habían hecho amigos se volvieron temerosos y hostiles" (IN), concluyendo correctamente que un poder más trascendental estaba en activo. El rey Elfo comprendió también que el instigador oculto no había inspirado los resentimientos directamente, pero que, como cualquier buen demagogo, utilizaba inteligentemente las animosidades ya existentes. Obviamente, la mayor insinuación que la cortesía diplomática le permitía fue la observación formal al rey de Númenor de que "No se trata de la tiranía de Hombres malvados, como cree vuestro hijo; sino que un servidor de Morgoth está moviéndose, y las criaturas malignas han despertado otra vez. Cada año el Mal gana en fuerza, pues la mayor parte de los Hombres están dispuestos a servirlo" (AE).

Aldarion no supo entenderlo. Y así él y sus sucesores se sentían consternados al descubrir continua e incomprensiblemente "que el hierro fuera utilizado contra ellos por las mismas gentes a quienes habían instruido" (IN). Para los pre-Númenóreanos fue en un acto desesperado en defensa propia que "atacaron a los Númenóreanos, y les tendían emboscadas cada vez que podían, y los Númenóreanos los trataban como a enemigos, y se volvieron implacables en sus talas, sin tener en cuenta la renovación de la floresta" (GC). Cuando hubieron arruinado por completo las orillas y líneas costeras y "abrieron rutas y caminos en los bosques hacia el norte y hacia el sur del Gwathló" (GC), los pre-Númenóreanos "se convirtieron en enemigos acérrimos de los Númenóreanos a causa de su trato cruel y la devastación de los bosques" (EH). Los Númenóreanos respondieron al desafío sembrando en el filo de la espada: barriendo el área y destruyendo lo que hallaban a su paso, penetraron profundamente en Minhiriath y Enedwaith, estableciéndose en las tierras que había hasta el río Glanduin, "la frontera austral de Eregion, y más allá vivían pueblos prenúmenóreanos y en general hostiles, como los antecesores de los Dunlendinos" (GC), quienes eran "un resto de los pueblos que habían habitado en los valles de las Montañas Blancas en eras pasadas" (LP). "Los nativos que sobrevivieron huyeron de Minhiriath hacia los bosques oscuros del gran Cabo de Eryn Vorn, al sur de la desembocadura del Baranduin, que no se atrevieron a cruzar, aunque hubiera sido posible, por temor a los Elfos. Los de Enedwaith se refugiaron en las montañas orientales, en lo que más tarde se llamó las Tierras Brunas (¿se preocupaban de los Elfos de Lindon pero no de los de Eregion?); no cruzaron el Isen ni se refugiaron en el gran promontorio entre el Isen y el Lefnui [es decir, en el Cabo de Andrast]... por causa de los 'Hombres-Púkel'" (GC) quienes – a pesar de tener parientes viviendo en Númenor – empezaron a temer a los Hombres del Mar: "Cuando en la Segundad Edad los númenóreanos empezaron la ocupación de las costas, sobrevivieron en las montañas del promontorio [de Andrast] que los númenóreanos nunca ocuparon" (D).

Y allí, Sauron halló un útil potencial para reclutar. Pues el comprensible "odio [de los pre-Númenóreanos] no se mitigó en sus descendientes, lo que hizo que se unieran a los enemigos de Númenor" (EH). En el temprano segundo milenio incrementó la presión sobre el Oeste y se acercó a la esfera de influencia Númenóreana al dejar su bastión en Rhún e instalarse en Mordor, que se convirtió en su principal residencia durante las edades que estaban por llegar. Cuando hacia el final del siglo XVII S.E. había forjado el Anillo Único, terminado Barad-dûr y desatado la guerra contra los Elfos, tenía el terreno listo para reclutar y dar apoyo a las fuerzas partisanas. "Los exiliados nativos dieron la bienvenida a Sauron y esperaban que triunfara sobre los Hombres del Mar. Sauron conocía la importancia del Gran Puerto para sus enemigos, y utilizó a estas gentes como espías y guías de sus incursiones. No tenía bastantes fuerzas para asaltar los fuertes del Puerto ni a quienes defendían las orillas del Gwathló, pero sus incursiones hacían muchos estragos en los lindes de los bosques, e incendiaban los árboles y quemaban los almacenes de maderas de los Númenóreanos" (GC). Las guerrilas de pre-Númenóreanos eran suficiente como para mantener ocupados a los Aventureros, mientras Sauron, con sus tropas regulares, "intentó conquistar Eriador... devastaba las tierras, matando o expulsando a todos los Hombres [Medios], que vivían allí en pequeños grupos, y persiguiendo a los Elfos que aún no se habían ido" (GC). Parece ser que realmente la mayor parte de los Hombres Medios pereció durante la Guerra, y la población remanente nunca se recuperó, pues, al final de la Segunda Edad, Arnor fue fundada en tierras prácticamente "desiertas" (LP).

Hacia 1700 S.E., Sauron "dominaba todo Eriador, salvo sólo la sitiada Imladris, y había llegado al Río Lhûn" (GC). Llegó entonces la flota Númenóreana enviada por el rey Tar-Minastir, y atrapó a las tropas de Mordor en la retarguardia y las derrotó por completo. En poco tiempo, "ya no habrá más enemigos en Eriador, ahora en parte destrozado y arruinado" (GC) y en Enedwaith y Minhiriath "la mayor parte de los bosques había sido destruida" (GC). Pero "durante muchos años las Tierras del Oeste tuvieron paz y tiempo para curar sus heridas" (GC). Los pre-Númenóreanos supervivientes cruzarían de nuevo el Glanduin, según parece, en dirección sur para regresar a las Tierras Brunas, donde ahora parecían estar más seguros que en la desolada Eregion.

En 2350 S.E., se fundó Pelargir como otro gran puerto, y los habitantes descubrirían finalmente a los pre-Númenóreanos de las Ered Nimrais cuando "se aventuraran al norte de su gran puerto de Pelargir y contactaran con los Hombres que moraban en los valles a ambos lados de las Montañas Blancas" (EH). Estos, sin embargo, estaban "nuevamente al servicio de la Oscuridad" y reverenciaron a Sauron, como "Rey de las Montañas" (RR) que gobernó al pueblo pre-Haladin del Sagrario. Pelargir parece que ejerció una influencia positiva sobre ellos, sin embargo, y los pre-Númenóreanos se arrepintieron durante la ausencia de Sauron de Mordor cuando "el poder de Gil-galad había crecido..., y se había extendido ahora por vastas regiones del norte y el oeste, y llegaba más allá de las Montañas Nubladas y el Río Grande, aun hasta los bordes del Gran Bosque Verde, y se acercaba a [Mordor]" (APTE).

En el Cataclismo de 3319 S.E., todos los pueblos indígenas debieron sufrir terribles pérdidas cuando las líneas costeras fueron inundadas y los terremotos y tormentas debieron pasar factura. "La Bahía de Belfalas creció en el este y el sur, de modo que Pelargir, que sólo estaba a unas pocas millas del mar, quedó lejos de la costa, y el Anduin se abrió paso por muchas bocas hasta la Bahía. Pero la Isla de Tolfalas fue casi destruida, y al fin quedó como una montaña desnuda y solitaria en el agua, no lejos de la desembocadura del Río" (CASE). Únicamente se hallaron supervivientes en y alrededor de las Montañas Nubladas y las Montañas Blancas, desde donde lentamente repoblaron Enedwaith y Minhiriath, y el interior de Eriador.

Cuando los Elendili establecieron los Reinos en Exilio, la situación se estabilizó y "muchos Hombres se apartaron del mal y se convirtieron en súbditos de los herederos de Elendil" (APTE). Pero debido a los acontecimientos pasados, los pre-Númenóreanos seguían hallando pocos motivos para amar a los Dúnedain, sobre todo al no tener conocimiento alguno de las disputas internas de Oesternesse, y nunca llegaron a distinguir entre los Hombres del Rey y los Fieles (distinción que en cualquier caso tampoco habría significado mucho para ellos). Así "muchos más recordaban a Sauron en sus corazones y odiaban los reinos del Occidente" (APTE). y de este modo, en la Guerra de la Última Alianza, probablemente habrían servido a Mordor como refuerzo. Otros temían tanto al Señor Oscuro que rehusaron luchar en el bando contrario, como el Rey de las Montañas que había jurado lealtad a Isildur "pero cuando Sauron regresó y fue otra vez poderoso, Isildur exhortó a los Hombres de las Montañas a que cumplieran su juramento, y ellos se negaron; pues en los Años Oscuros habían reverenciado a Sauron... Y ante la cólera de Isildur, ellos huyeron, y no se atrevieron a combatir del lado de Sauron; se escondieron en lugares secretos de las montañas y no tuvieron tratos con los otros hombres, y poco a poco se fueron replegando en las colinas estériles" (RR). Finalmente, desaparecieron y se convirtieron en los Muertos del Sagrario, sombras cadavéricas que vagaban por los valles oscuros de las Ered Nimrais. Ese fue el fin de los pre-Númenóreanos de Gondor.

La Tercera Edad

La Tercera Edad vio la extinción posterior de muchas de las culturas y lenguas que habían sobrevivido. Tras la fundación de los Reinos en Exilio, los pueblos que en los últimos tiempos de la Segunda Edad "fueron a las tierras desiertas" de Eriador fueron finalmente "númenorizados": "se habían sometido... al Reino Septentrional de Arnor y habían adoptado la lengua Oestron" (LP). Pero las pérdidas de la Guerra de la Última Alianza provocaron que el Reino del Norte no obtuviera nunca un territorio seguro. Aunque el hijo de Isildur "Valandil habitó en Annúminas,... su pueblo había disminuido, y de los Númeóreanos y de los Hombres de Eriador [es decir, los Hombres Medios] quedaban muy pocos como para mantener todos los lugares que Elendil había edificado; muchos habían caído en Dagorlad, y en Mordor, y en los Campos Gladios" (APTE). Se ha mantenido que esa despoblación masiva fue la principal razón del fraccionamiento final de Arnor "en mezquinos reinos y señoríos" (APTE) que no tenían posibilidad de sobrevivir individualmente. En el temprano segundo milenio, los Hobbits que entraron en Arnor tuvieron la impresión de que "todavía había muchos Hombres en la zona, tanto Númenóreanos como de otras razas emparentadas con los Atani, además de supervivientes de los Hombres malvados, hostiles a los Reyes" (EH), pero ningún grupo llegó jamás a recobrarse lo suficiente como para cubrir la dramática falta de población del reino entero. La númenorización de los pueblos autóctonos más efectiva fue las de las zonas occidentales de Arnor, que más tarde abarcó Arthedain; pero en el resto, principalmente en Rhúdaur donde la clase superior Dúnedainica había sido siempre la más escasa, acabó por fracasar. Con toda probabilidad, la maldición de Isildur sobre los Hombres del Sagrario había dejado allí una impresión permanente de cómo acostumbraban a tratar los Reyes a aquellos que se negaban a seguirlos a la perdición. Y el epíteto, rápidamente difundido, de "Hombres malvados" no aligeró la tensión más de lo que lo hizo la reinstalación de Valandil acercándose a los problemas de su pueblo. Así, cuando el Rey Brujo fundó Angmar "había allí muchos hombres malvados" (AR), por lo que no pocos lo consideraron una seria alternativa al Reino en Exilio.

Cuando Rhudaur se convirtió en un reino soberano, se vio inmediatamente expuesto a fuertes presiones por parte de los “Hombres de las Colinas del Norte", gente misteriosa que entraba por primera vez en las crónicas del Oeste. Eran sin duda descendientes de los designados “restos de Hombres malvados" que podían ser descendientes de los Bórrim u otros Hombres Oscuros de Beleriand. Pero más allá de eso, poco se sabe sobre ellos. Algunas fuentes afirman que, desde el siglo XIV, ese pueblo "construye fuertes oscuros en las colinas" (HE) y que era "muy dado a la hechicería" (CATE). Poco a poco, hicieron retroceder a los Dúnedain de Rhudaur hasta que el trono estuvo "en manos de un jefe malvado de los Hombres de las Colinas, que tenía un pacto secreto con Angmar" (AR). Por aquel entonces, había todavía minorías leales viviendo más allá de las Colinas del Tiempo; pero tras el fatal año de 1409 T.E., toda Rhudaur "fue ocupada por Hombres malévolos sometidos a Angmar y los Dúnedain que permanecían allí fueron muertos o huyeron al oeste" (AR). Probablemente en aquel tiempo, los Trolls aparecieron en Rhudaur oriental, adentrándose en las regiones que más tarde serían conocidas como el Bosque de los Trolls). Pero los Hombres de las Colinas también fueron condenados finalmente, pues "todos murieron en la guerra que acabó con el Reino del Norte" (CA).

Esto debió significar una tremenda limpieza étnica en ambos bandos, y Eriador cayó, en la mayor parte de su territorio, en una desolación de la que nunca se recuperó. Cardolan fue abandonada y resistió a los intentos de restablecerla. Rhudaur fue habitada sólo por criaturas no humanas que habían caído. Un golpe aún posterior fue la Gran Plaga de 1636 T.E. de la que todas las áreas que quedaban habitadas sufrieron un revés casi fatal. "Minhiriath había quedado desierta, aunque unos pocos cazadores furtivos vivían en los bosques [de Eryn Vorn, etc.]" (GC).

Cuando se derrumbó también Arthedain, último resto del desintegrado Reino del Norte, la historia de los Hombres Medios de Eriador llegó a su fin. Hasta la Cuarta Edad, el antiguo Arnor no fue jamás repoblado. "En la época de Bilbo había grandes áreas de Eriador vacías de Hombres" (EH), y a menos de cien leguas de los únicos supervivientes, los pre-Númenóreanos de Bree, y más aún de los Lossoth en el Norte lejano, no hubo asentamientos humanos significantes. El Sur nunca intentó restablecer el Reino del Norte. Gondor no tenía allí intereses que defender, y los otros pueblos eran poco numerosos y demasiado supersticiosos como para emigrar en masa hacia las vastas y desoladas regiones. La ciudad de Tharbad (en cuyos suburbios debió morar una vez una gran población de pre-Númenóreanos) se convirtió en la Ultima Thule para el Reino del Sur, tras la cual se extendía una región casi mítica, llena de criaturas extrañas y antinaturales como los Elfos, Enanos, Orcos, y probablemente cosas peores. Finalmente, tras un largo y horrible invierno, incluso Tharbad se inundó y cayó en la ruina, y su Puente desapareció. El río Aguada Gris pasó a ser una barrera física, además de psicológica, que sólo podía cruzarse con dificultad por el peligroso Vado que había donde estuvo el antiguo puente.

El Reino del Sur había adoptado una postura completamente diferente a la de Arnor hacia las minorías indígenas. Mientras el Reino del norte se esforzaba por sobrevivir pero habiendo integrado con éxito a la mayoría de sus habitantes, Gondor siguió una política expansionista que mantuvo una actitud opresora con los autóctonos no Dúnedáicos. La maldición de Isildur pudo haber sido únicamente el más notorio de los incidentes, y con gran probabilidad sería recordado durante mucho tiempo por la población indígena. A nivel particular, evidentemente, se impuso la comunicación entre los Dúnedain y las minorías invadidas. Los matrimonios mixtos eran frecuentes, y poco a poco "la sangre de los Númenóreanos se mezcló demasiado con la de otros hombres, y perdieron poder y sabiduría" (APTE). Pero en términos poíticos, los Dúnedain mantuvieron una especide de apartheid moderado, desconfiado incluso hacia aquellos que tenían "sangre mezclada.

En el siglo VIII T.E., las victorias del heredero a la corona Tarannon "habían extendido el dominio de Gondor por las tierras costeras a ambos lados de las Bocas del Anduin" (HE), y los pocos pre-Númenóreanos que vivían allí fueron sometidos y nunca recuperaron su independencia política. En Gondor y Umbar, fueron casi extinguidos: en la tardía Tercera Edad, su recuerdo se preservaba sólo en unos pocos nombres geográficos cuyo significado se había perdido en el tiempo. Luego siguieron las Montañas Blancas, donde los Hombres del Sagrario ya no morarían, y Calenardhon desde el Isen hasta los Argonath, y zonas de Rhovanion hasta el Este y Dorwinion. Sólo en esta última, la más débilmente protegida, un pueblo indígena númenóreanizado habría sobrevivido a la edad de los Reyes (ver "El misterioso rey Bladorthin").

La minoría Gondoriana más fuerte demostró ser el pequeño pueblo de los Gwathuirim o Dunlendinos. Pues "los Númenóreanos visitaban con poca frecuencia la tierra intermedia (la Enedwaith o 'región media'), y ninguno se asentó nunca allí" (VI) "debido a la hostilidad de los Gwathuirim (Dunlendinos), a excepción de la ciudad y el puerto fortificados que había en torno al gran puente del Aguada Gris en Tharbad" (EH). Hay algunas dudas sobre el estado de la región: se declara en una ocasión que "no pertenecía a ninguno de los reinos... [aunque] ambos reinos compartían intereses en esta región... Una importante guarnición de soldados, marineros y constructores se mantuvo allí hasta el siglo XVII de la Tercera Edad. Pero a partir de esa fecha la región declinó rápidamente; y... volvió a convertirse en pantanos" (GC), y también que "en otros tiempos... el Isen, [constituía] el límite occidental del Reino del Sur" (VI), pero en la fuente más reciente se dice que "en los días de los Reyes formó parte del reino de Gondor, pero los monarcas no se interesaban mucho por ella, salvo para la patrulla y la vigilancia del gran Camino Real" (VI). Estas informaciones aparentemente contradictorias podrían indicar que Enedwaith era una especie de protectorado Gondoriano que el Reino del Sur vigilaba sin llegar a ocuparlo, del mismo modo que algunas regiones bárbaras adyacentes al Imperio Romano. Está claro, sin embargo, que desde algún momento desconocido hasta 1636 T.E. los Dunlendinos fueron súbditos nominales de Gondor, pero más por decreto que por convicción. Vivieron lo suficientemente alejados de los mayores centros de población como para no sentirse influenciados por la corona. En espíritu permanecieron tan independientes como sus parientes del país de Bree, y las viejas animosidades, cuyas razones se olvidaron sin duda mucho tiempo atrás, prevalecieron entre ellos, de modo que "conservaron su propia lengua y costumbres; era éste un pueblo poco comunicativo, [que] estaba enemistado con los Dúnedain" (LP). Esta "lengua propia" fue la última superviviente de la familia del lenguaje Halethiano), y ellos "no sentían mucho afecto por Gondor, pero aunque eran bastante osados y audaces, eran muy pocos y sentían demasiado respeto por el poder de los Reyes como para perturbarlos" (VI). Gondor, cuya mirada se volvió hacia el Este y el Sur, pasaron a ignorarlos. Esto fue un error hasta el punto de que los Dunlendinos nunca llegaron a ser númerorizados como los pre-Númenóreanos de Arnor. Pero a pesar de las declaraciones de los Gondorianos acerca de que a través de los milenios su "odio no se mitigó en sus descendientes, lo que hizo que se unieran a los enemigos de Númenor" (EH), ellos nunca se unieron intencionadamente al Nigromante o a sus súbditos. De hecho rehusaron tener tratos con los Orcos y rechazaron a aquellos de los que sospechaban que trataban con ellos, como cierto "proscrito salido de las Tierras Brunas, donde muchos decían que tenía sangre de Orcos... Era el sureño bizco de la Posada" (BA). La mayoría de los Dunlendinos no colaboraron con los lacayos de Sauron (excepto en una ocasión) aunque eso no les privó de aprovecharse de los grandes conflictos cuando estos tenían lugar. Pero hacia los extranjeros no-Dúnedainicos mostraron tanta hospitabilidad como el pueblo de Bree, y los Fuertes que "habían vivido cómodamente en compañía o proximidad de Gente Grande de carácter amistoso" (EH) moraron felizmente en "los límites de las Tierras Brunas" (CA). El intercambio cultural era los suficientemente frecuente para que los hobbits parecieran "haber adoptado una lengua relacionada con el Dunlendino antes de que llegaran al norte de la Comarca" (LP).

La Gran Plaga de 1636 T.E. produjo grandes cambios. Una vez superada, "en Enedwaith el resto de los Dunlendinos [todavía] habitaba en el este, al pie de las Montañas Nubladas" (GC) y "sufrieron... pero menos que la mayoría, pues vivían apartados y tenían escaso trato con los demás hombres" (VI). Pero incluso las Tierras Brunas septentrionales se habían vacíado considerablemente, y los Fuertes, viendo que su morada era cada vez más insostenible, se dirigieron finalmente a la Comarca. Los Dunlendinos, a partir de entonces, sólo tuvieron al norte a unos pocos Enanos. Pero el control de Gondor sobre Enedwaith se fue debilitando debido a las graves pérdidas sufridas entre las tropas y guarniciones, y "cuando los días de los Reyes terminaron (1975-2050) y empezó la decadencia de Gondor, dejaron en la práctica de ser sus súbditos" (VI). De ahí en adelante, empezaron a interesarse, como es natural, en establecerse en las llanuras de Calenardhon, más fértiles y prósperas que sus granjas de las colinas, especialmente desde que Eriador se volvió inaccesible y el Oeste y el Sur habitados por aquel más que dudoso "pueblo de pescadores... bárbaro" (GC). Los Dunlendinos empezaron a cruzar los Vados del Isen que antaño "estaban siempre protegidos contra cualquier incursión de las 'Tierras Salvajes'. Pero durante la Paz Vigilada (desde 2063 a 2460) el [Númenóreano] pueblo de Calenardhon decayó... las guarniciones de los fuertes no se renovaron, y fueron dejadas al cuidado de capitanes hereditarios locales, cuyos súbditos eran de sangre cada vez más mezclada. Pues los Dunlendinos cruzaban el Isen de continuo y sin trabas" (VI).

Este descuido no trajo problemas al principio. Pero se reveló en tragedia cuando la notable ignorancia Gondoriana acerca de las posiciones Dunlendinas llevó al problema de que, tras la Batalla del Campamento (1944 T.E.), Calenardhon pasó por decreto a manos de los Eóthéod o Rohirrim, que habían llegado al sur desde sus territorios al norte del Bosqueverde1. Desde la perspectiva de los pastores Dunlendinos, esos extraños criadores de caballos eran rivales que les disputaban los pastos de Calenardhon, y por eso no fueron bienvenidos a la que entonces ya consideraban, con cierto derecho, su propia tierra. Pero la situación se intensificó, hasta sobrepasar el límite de que ya no hubo vuelta atrás, cuando los Reyes de los Rohirrim decidieron deshacerse de las minorías locales de un modo que recordaba al de los Hombres de la Sombra: "Durante el reinado de Brego y Aldor los Dunlendinos fueron desalojados otra vez y expulsados más allá del Isen, y se estableció una defensa en los Vados del Isen". Y peor aún, el Rey Aldor "había lanzado incluso incursiones por sus tierras en Enedwaith a modo de represalia" (VI).

Esa limpieza étnica jamás fue olvidada por los "montañeses y pastores salvajes" (DT), como los Rohirrim les llamaban desdeñosamente. Los hitoriadores neutrales documentan que fue entonces cuando "los Rohirrim se ganaron el odio de los Dunlendinos, que no se apaciguó hasta el retorno del Rey, en un futuro muy distante. Toda vez los Rohirrim estaban debilitados o en dificultades, los Dunlendinos renovaban sus ataques" contra "los 'salvajes Hombres del Norte', que habían usurpado la tierra" (VI). Siglos más tarde un hombre de Rohan aún recordaba con razón: "no han olvidado en medio milenio la ofensa que les infligieran los Señores de Gondor al otorgar la Marca a Eorl el Joven y aliarse con él" (DT). Pero eso significaba por supuesto desentenderse de las responsabilidades históricas y atribuirlas al distante trono de Minas Tirith.

Gondor sin embargo consideró que la cuestión no resuelta acerca de los Dunlendinos era asunto de la política interior de Rohan. Y eso fue un error, pues de haber puesto interés a tiempo en concertar una solución política, Saruman no habría podido aprovechar el conflicto hasta casi provocar la ruina tanto de Rohan como de Gondor. Pero, como había sucedido con los reyes, "la enemistad de los 'salvajes' Dunlendinos no parecía preocupar demasiado a los Senescales" (VI). Y así Rohan se enfrentó solo al problema. "Durante el reinado de Déor (de 2699 a 2718)... la descendencia de capitanes Gondorianos de Angrenost [Isengard] se interrumpió y el mando de la fortaleza pasó a manos de una familia del pueblo. Las gentes del pueblo, como se dijo, tenían la sangre desde hacía ya mucho mezclada, y estaban ahora más amistosamente dispuestos hacia los Dunlendinos...; Minas Tirih, que se encontraba lejos, ya no les interesaba. Después de la muerte del Rey Aldor... los Dunlendinos, inadvertidos por Rohan pero con la connivencia de Isengard, empezaron a infiltrarse otra vez en el norte del Folde Oeste, instalándose en los vallecitos de la montaña al oeste y al este de Isengard, y aun en las orillas meridionales de Fangorn. Durante el reinado de Déor se mostraron abiertamente hostiles, haciendo incursiones con el fin de robar los rebaños y las caballadas de los Rohirrim en el Folde Oeste" (VI).

Obviamente, en tiempos de paz había siempre un gran tráfico local con la frontera occidental de Rohan, y los Hombres del Norte y los Dunlendinos se unieron con frecuencia en matrimonio. Incluso el Señor Freca, consejero de Helm Manomartillo, "tenía, según dicen, abundante sangre Dunlendina y cabellos oscuros" (AR) en contraste con los, frecuentemente rubios, Hombres del Norte. Y "como se supo más tarde, los Dunlendinos... [fueron] admitidos como amigos" (VI) en Angrenost hasta que until they successfully "se apoderaron del Anillo de Isengard, matando a los pocos sobrevivientes que no estaban dispuestos (como lo estaba la mayoría) a mezclarse con el pueblo dunlendino. Déor envió la noticia sin demora al Senescal en Minas Tirith (por ese entonces, en el año 2710, Elgamoth), pero no le fue posible a éste enviar ayuda, y los Dunlendinos siguieron ocupando Isengard" (VI). Según otras fuetes, el motivo para la negativa de Elgamoth fue que en su época "se reanudó la guerra contra los Orcos" (HE).

En 2758 T.E. el medio-dunlendino Wulf, hijo de Freca, muy estimado en la frontera oeste, acordó con éxito una alianza con los Corsarios de Umbar, quienes, agitados por Sauron, realizaban incursiones en las costas cercanas a la Bahía de Belfalas y de más allá. Así desvió el peligro del pillaje de sus propias tierras junto al río Adorn, y llevó a los Dunlendinos que no eran de Rohan a una fatal alianza con Hombres de la Sombra. Esta vez "se les habían sumado enemigos de Gondor que habían desembarcado en las desembocaduras del Lefnui y el Isen" (AR) y mientras "Rohan era otra vez invadida desde el Este, y los Dunlendinos aprovecharon la oportunidad y cruzaron el Isen y bajaron desde Isengard. Pronto se supo que Wulf era quien los conducía... Wulf tomó Edoras y se instaló en Meduseld llamándose rey" (AR). Rohan pidió de nuevo ayuda a Gondor. Y de nuevo, en esta ocasión debido a las incursiones de tres flotas de Corsarios en sus propias costas, ésta no pudo enviar ninguna. Los Dunlendinos mantuvieron el control de Edoras e Isengard hasta que "reducidos por la gran hambruna del Largo Invierno (2758-2759), debieron ceder para no morir de inanición y capitularon con Fréalaf" (VI). Sólo por esta trágica circunstancia "antes de que terminase el año (2759), los Dunlendinos fueron expulsados, aun de Isengard" (AR) que fue en esta ocasión puesta bajo la custodia de Saruman, a fin de que nada como aquello volviera a repetirse. Y debido a la reanimación que hizo Wulf de las viejas animosidades "durante muchos años los Rohirrim tuvieron que mantener una gran fuerza de Jinetes en el norte del Folde Oeste" (VI).

Obviamente, esa guardia se redujo con el tiempo y la frontera fue abierta de nuevo. Y una vez más se acabó por encontrar a muchos Dunlendinos en la frontera occidental. En esta ocasión, su estancia fue tolerada mientras Edoras estaba ocupada con las bandas de Orcos que, habiendo escapado de la garra del Largo Invierno, trataban de invadir las Montañas Blancas. Pero casi al tiempo en que estas fueron eliminadas, en esta ocasión con la ayuda de Gondor, otro, Folcwine (2830-2903) lanzó una campaña contra los Dunlendinos y "reconquistó la frontera occidental... que habían ocupado los Dunlendinos" (AR). Pero los Rohirrim no se dieron nunca cuenta de que las decisiones militares no pueden cambiar las realidades sociales: "Más allá del Paso, la tierra entre el Isen y el Adorn formaba nominalmente parte del reino de Rohan; pero aunque Folcwine la había recuperado expulsando a los Dunlendinos que la habían ocupado, el pueblo que allí quedaba era en su mayoría de sangre mezclada, y no era muy firme su lealtad a Edoras" (VI).

Así Saruman halló el terreno preparado cuando empezó a reclutar y a buscar víctimas para su plan de engendrar criaturas cruzando Hombres y Orcos. Los Dunlendinos fueron fácilmente embaucados por su artera diplomacia, y así acabaron encontrándose codo a codo con aquellos a los que más temían: las tropas orcas del mago. El despertar del hechizo fue terrible. A esa temible esperiencia y a la afortunada diplomacia del Rey Elessar puede atribuirse que en la Cuarta Edad los vecinos de ambos lados del río Isen, relacionados íntimamente durante muchas generaciones de matrimonios mixtos y procreación, se reconciliasen por fin en parte. "En los días de Éomer, los hombres que lo deseaban tenían paz en la Marca" (AR). Los libros guardan cortésmente silencio sobre lo que le sucedió a los otros.


1 N. del T.: Hay aquí un error que resulta inexplicable para mí, salvo por un despiste del autor. Tras el extenso trabajo que Lalaith ha dedicado a la documentación, no se entiende de otro modo que confunda el momento en que los "Eóthéod" se convirtieron en los "Rohirrim". Esto es, cuando se desplazaron a la provincia de Calenardhon (que pasó a llamarse Rohan, o la Marca de los Jinetes). Esta migración tuvo lugar tras la Batalla del Campo de Celebrant (2510 T.E.) a la que acudieron en ayuda de Cirion, Senescal de Gondor. La Batalla del Campamento, a la que hace referencia el autor, marcó un desplazamiento anterior de los Éothéod (desde las tierras que se extendían entre la Carroca y los Campos Gladios hacia las fuentes del Anduin). Lamentablemente, mis intentos de contactar con Lalaith, para que corrija el texto original, han resultado infructuosos.


Lista de abreviaturas:

AAkallabêth, en "El Silmarillion"
AEAldarion y Erendis, en "Cuentos Inconclusos"
AGLos Anales Grises, en "La Guerra de las Joyas"
APTEDe los Anillos de Poder y la Tercera Edad, en "El Silmarillion"
ARAnales de los Reyes y Gobernantes, en el Apéndice A
BALa Búsqueda del Anillo, en "Cuentos Inconclusos"
CALa Comunidad del Anillo
CartasCartas de J.R.R. Tolkien
CASELa Cuenta de los Años de la Segunda Edad, en "Los Pueblos de la Tierra Media"
CATELa Cuenta de los Años de la Tercera Edad, en "Los Pueblos de la Tierra Media"
CECirion y Eorl, en "Cuentos Inconclusos"
DLos Drúedain, en "Cuentos Inconclusos"
DTLas Dos Torres
EHDe los Enanos y los Hombres, en "Los Pueblos de la Tierra Media"
GCLa Historia de Galadriel y Celeborn, en "Cuentos Inconclusos"
HALa Historia de la Akallabêth, en "Los Pueblos de la Tierra Media"
HELos Herederos de Elendil, en "Los Pueblos de la Tierra Media"
INUna Descripción de la Isla de Númenor, en "Cuentos Inconclusos"
LCALa Cuenta de los Años, en el Apéndice B
LPLos Lenguajes y los Pueblos de la Tercera Edad, en el Apéndice F
NEDe los Naugrim y los Edain, en "La Guerra de las Joyas"
PREl Problema de Ros, en "Los Pueblos de la Tierra Media"
RREl Retorno del Rey
SEl Silmarillion
TETal-elmar, en "Los Pueblos de la Tierra Media"
VILas Batallas de los Vados del Isen, en "Cuentos Inconclusos"

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