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de

Traducción: Francisco Luque (Glorfindel), José (Erkenbrand), Diego Seguí (Hláford)
y otros miembros de la Lista Tolkien

Febrero/Mayo de 1999; revisado en Agosto/Septiembre de 2005


   The shadows where the Mewlips dwell
           Are dark and wet as ink,
   And slow and softly rings their bell,
           As in the slime you sink.

   You sink into the slime, who dare
           To knock upon their door,
   While down the grinning gargoyles stare
           And noisome waters pour.

   Beside the rotting river-strand
           The drooping willows weep,
   And gloomily the gorcrows stand
           Croaking in their sleep.

Over the Merlock Mountains a long and weary way,
   In a mouldy valley where the trees are grey,
By a dark pool's borders without wind or tide,
   Moonless and sunless, the Mewlips hide.

   The cellars where the Mewlips sit
           Are deep and dank and cold
   With single sickly candle lit;
           And there they count their gold.

   Their walls are wet, their ceilings drip;
           Their feet upon the floor
   Go softly with a squish-flap-flip,
           As they sidle to the door.

   They peep out slyly; through a crack
           Their feeling fingers creep,
   And when they've finished, in a sack
           Your bones they take to keep.

Beyond the Merlock Mountains, a long and lonely road
   Through the spider-shadows and the marsh of Tode,
And through the wood of hanging trees and the gallows-weed,
   You go to find the Mewlips - and the Mewlips feed.
       Los Maulladores viven en sus sombras
           como tinta, húmedas y negras,
   y lenta y suave su campana toca
           cuando te devora la ciénaga.

   La ciénaga te traga, si te atreves
           a golpear, llamando a su puerta,
   mientras miran las gárgolas, sonrientes,
           y derraman aguas infectas.

   Junto al podrido pantanal lodoso
           lloran los sauces encorvados
   y los cuervos se yerguen tenebrosos,
           y en sus sueños siguen graznando.

Sobre los Montes Mercerros, por fatigoso camino,
   donde son grises los árboles, en un valle enmohecido,
a la orilla de un estanque sin viento y marea, oscuro,
   sin ver el sol ni la luna, hay Maulladores ocultos.

   Los Maulladores moran en sus sótanos
           húmedos, fríos y profundos,
   y encerrados en ellos, cuentan oro
           con sólo un candil moribundo.

   Mojada la pared, gotea el techo;
           por sobre el suelo, sus pisadas
   van suavemente, con un chapoteo,
           furtivamente hacia la entrada.

   Espían con malicia; van buscando
           un hueco sus sensibles dedos,
   y cuando han terminado, con un saco
           se llevan y guardan tus huesos.

Sobre los Montes Mercerros, por la senda solitaria,
   allende el pantano Sapio y la sombra de la araña,
por los árboles colgantes, cruzando la hierba de horca,
   con Maulladores te encuentras, Maulladores te devoran.

Éste es un poema tenebroso si los hay. En algún lugar poco definido, lejos en todo caso de la Comarca, viven seres malignos que te devoran si osas acercarte.

El original se compone de dos tipos de estrofa: las números 1, 2, 3, 5, 6 y 7 combinan tetrámetros y trímetros yámbicos con rimas AbAb, y las 4 y 8 alternan versos de 6 y 4 acentos, en hemistiquios de con cantidad irregular de sílabas, con rimas AaBb. Oigamos a Tolkien recitando la primera estrofa:

The shadows where the Mewlips dwell
     Are dark and wet as ink,
And slow and softly rings their bell,
     As in the slime you sink.

Se ha discutido sobre la naturaleza de estos Maulladores. No demasiado. No tanto, por supuesto, como sobre la de Tom Bombadil. Y mucho menos se ha hablado en castellano, porque los personajes no vuelven a aparecer en los demás libros sobre la Tierra Media. ¿O sí? Algunos especulan con que se trata de los Tumularios, aunque con muy pocas posibilidades de éxito: los Tumularios están bien identificados por los hobbits en el Libro Rojo, con una geografía definida y características propias, mientras que los Maulladores corresponden al reino de lo desconocido, situado más allá de lugares igualmente difíciles de identificar. En menor medida se ha discutido sobre la posibilidad de haya aquí un eco lejano de las Ciénagas de los Muertos. La mayoría parece pensar que no tiene demasiado sentido indagar sobre el tema, y que los Maulladores no son más que patrañas de hobbits que dejan volar su fantasía lejos de las Cuatro Cuadernas. Pero no abordaremos estas disquisiciones aquí, por el momento.

La historia del poema no nos dará la respuesta, pero no deja de ser interesante. Se publicó por primera vez en la Oxford Magazine, 18 de febrero de 1937, bajo un título largo e inesperado: “Golpeando a la puerta: versos inducidos por las sensaciones producidas durante la espera de una respuesta a la puerta de cierto catedrático exaltado” (‘Knocking at the Door: Lines Induced by Sensations When Waiting for an Answer at the Door of an Exalted Academic Person’). Desconocemos el texto del poema original, así que no sabemos en qué medida difiere del publicado en Las Aventuras..., pero los cambios no pueden afectar demasiado el carácter general de los versos. No tenemos registro de qué circunstancia real pudo estar implicada en el asunto, pero esperas de ese tipo no son infrecuentes en cualquier universidad del mundo. Sólo que muy pocos de nosotros serán capaces de verter las sensaciones correspondientes en un poema como éste.

¿Algo de Dunsany?

En “Possible Echoes of Blackwood and Dunsany in Tolkien’s Fantasy” (Tolkien Studies I, 2004), Dale J. Nelson indica una posible fuente de inspiración en el cuento “The Hoard of the Gibbelins” de Lord Dunsany (The Book of Wonder, 1912). La relación no es en sí evidente, y en todo caso no ayuda a la comprensión de "Los Maulladores", pero algunas similitudes entre el cuento y el poema dan qué pensar.

Los versos se publicaron por primera vez en 1937. Nelson se preocupa por demostrar que Tolkien conocía a Dunsany, aunque podría haber mencionado su crítica en una carta de ese mismo año de las obras del irlandés en lo que se refiere a la pobreza de su invención de nombres (Cartas #19). Para nosotros, hispanoparlantes en el S. XXI, Dunsany es un “pionero”, citado como predecesor del fantasy, y menos leído que conocido, especialmente por la confesa admiración que le profesaba Lovecraft (que sí es leído); aunque no nos hayan faltado buenas traducciones. Pero en el año 1937 era un escritor contemporáneo, que no necesitaba presentación ante un público medianamente culto. Ya había dado a conocer todas sus obras más famosas: fueron pocas las escritas entre 1937 y 1957 (año de su muerte) que se recuerden hoy, a diferencia de The Gods of Pegana (1905), Time and the Gods (1906), A Dreamer’s Tale (1910), The Gods of the Mountain (1911), If: A Play in Four Acts (1921), Don Rodriguez: Chronicles of Shadow Valley (1922), The King of Elfland’s Daughter (1924), etc.

De todos modos, para que el lector pueda juzgar por sí mismo, hemos preparado una traducción del cuento El tesoro de los Gibbelins para uso del estudiante. Si hay algún parentesco entre ambos, se hará evidente una cosa: la moral burlona del cuento de Dunsany, que advierte contra la avaricia causante de la perdición del hombre, falta en “Los Maulladores”. En el poema los seres siniestros cuentan oro amarillo, pero no se dice que el osado que llama a su puerta esté buscando riquezas. Más bien da la impresión de ser un desprevenido que se lleva un castigo demasiado grande. Si ése es el caso, la transformación es semejante a la operada en el poema Fastitocalón con respecto a su fuente confirmada.

Traducción

El poema fue encarado en primer lugar por los colisteros Glorfindel y Erkenbrand, a quienes no logramos contactar para tramitar los créditos del volumen. Más adelante fue reestructurado por Hláford, que definió la métrica: para el primer tipo de estrofa, combinación de endecasílabos y eneasílabos; para el segundo, series de hexadecasílabos en hemistiquios. Todas las rimas son asonantes, y siguen el modelo del original.

Los nombres Mewlips, Merlock Mountains y Tode se han vertido de manera sólo aproximada, manteniendo su concisión y posibles alusiones indirectas en su sonido. La primera opción, en la versión que durante muchos años se alojó en esta página, fue mantenerlos, fuese por la imposibilidad de analizarlos (hasta el día de hoy los traductores se preguntan sobre el significado de Merlock y Tode), fuese por no poder reflejar su concisión (las dos sílabas de Mewlips no pueden convertirse en las seis de “Labios Maulladores”).

Para Mewlips se manejaron variantes como “Maullabios” y “Miaulabios”, pero la forma misma de las palabras pareció inadecuada, y se decidió sacrificar el lips (“labios”), considerando que era el sonido (mew, “maullar”) más que el aspecto lo horripilante de estos seres.

Sobre el significado de Merlock se aventuraron varias hipótesis. P. Rincón, sobre todo, introdujo en el diálogo para el primer elemento posibles relaciones con el anglosajón mere “pequeño lago, estanque, marisma”, o con mere “frontera, límite” (menos probable, ya que un derivado suyo contendría más bien mar). Para el segundo, se barajaron un derivado de loga “mentiroso, traidor” (presente en warlock “hechicero”), o simplemente la palabra más frecuente en inglés lock “cerrar”. Dado que el sentido no era en absoluto evidente en inglés, la traducción se decidió por mantener el primer elemento mer y vertir el segundo en el que más connotaciones podia llegar a tener el nombre para el inglés moderno, “Montes Mercerros”. Pero es evidente que algo se perdió por el camino, a la vuelta de algún cerro filológico. Todo eso sin contar, por supuesto, con el error en el libro de “Montañas Mercerros”, con sospechosa terminación masculina y femenina, y flagrante violación de la métrica.

Y peor nos ha ido con the marsh of Tode, “el pantano Sapio”. Aquí sólo valió la semejanza con toad “sapo”, pero Tolkien quizás se hubiese reído de la simpleza de la solución. Y una vez más en el volumen publicado se metió la mano correctora (¿Maddo? Que sepamos, nadie ha establecido la comparación entre este dibujo de Tolkien y los Maulladores, de quienes físicamente sólo sabemos que tienen “sensibles dedos”): “el marjal de Tode”, como pone el libro, era la primera versión de este hemistiquio.

Maddo: una poco conocida aproximación de Tolkien
a lo siniestro. Véase AI: 83-84

Cierto catedrático temerario

No podemos ocultar que nuestro querido colega el Dr. Eleder musicalizó en 1999 este poema, con una melodía muy “estilo Paco Ibáñez”, según sus propias palabras. Haciendo gala de la osadía que lo caracteriza, grabó una versión completa, de la que queremos dar aquí una muestra de las estrofas 2 y 4 (obviamente, usa la primera versión):

          Te sumerges en limo, si te atreves
               a golpear, llamando a su puerta,
          mientras miran las gárgolas, sonrientes,
               y derraman aguas infectas.

Sobre las Montañas Merlock, por fatigoso camino,
     donde son grises los árboles, en un valle enmohecido,
a la orilla de un estanque sin viento y marea, oscuro,
     sin ver el sol ni la luna, están los Mewlips ocultos.

Desde este sitio, valientemente ocultos tras nuestros escritorios, retamos al Dr. a ofrecernos una versión del texto nuevo.

Un Maullador, según Angus McBride

 

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